La educación para la convivencia responde a la necesidad de formar alumnos que desarrollen su vida respetándose a sí mismos y a las demás personas y que se responsabilicen de sus actos.
La escuela es un lugar privilegiado de convivencia. Es un espacio de crecimiento, de encuentro y de aprendizaje, de experiencias compartidas y de conocimiento de los demás y descubrimiento del mundo. En la escuela se reproducen las situaciones conflictivas de la sociedad, pero también las posibilidades de superación e integración que favorecen los ambientes educativos.
Es sin duda un taller insuperable, donde aprender a convivir.
En nuestra escuela, estamos formando alumnos y alumnas dispuestos a intentar que este sea el lugar del que hablamos antes. Es por eso que nuestros mediadores de convivencia se forman con la orientadora y la jefa de estudios a lo largo del curso.
Pretendemos que nuestros mediadores:
Sepan escuchar
No juzquen sin conocer
Se pongan en lugar del otro
Fomenten el acuerdo entre las partes
Ofrezcan alternativas en la solución positiva del conflicto
Hagan seguimiento del acuerdo alcanzado